domingo, enero 02, 2011
lunes, octubre 12, 2009
Sin título
Hace unas semanas estuve por Lima, viaje que coincidió con la puesta de Sin título - técnica mixta del grupo cultural Yuyachkani; me permito dejar algunas impresiones...
Puedo definir este montaje como un viaje, un viaje no grato pero recurrentemente obligado para todo aquel que vive dentro de una sociedad contagiada y contagiante de "olvidar" como la que a diario combatimos-habitamos.
Creo sería redundante contar detalladamente lo que vi, pues en este no-frecuentado blog parto de la premisa de que el lector no pretende que le cuente tal o cual suceso, sino recrearlo a través de mis disforzadas opiniones.
La primera reacción que tuve al salir de la casa Yuyachkani fue "es tanto, que necesitaré un par de días para terminar de pensarlo...", pero ahora, algunas semanas después, descubro que en realidad lo entendí ese mismo día antes de dormir (bastante horas después de terminada la función), porque gran parte de este montaje creo yo no apela a conocimientos o habilidades para dilucidar que el espectador pueda tener, sino a recuerdos, a emociones vividas antes, a temores mal enterrados, a imágenes que permanecen muy bien dibujadas en nuestras mentes.
La obra pretende dibujarnos a través de un desfile e interacción de diferentes personajes dos sucesos significativos de la historia del Perú: la guerra con Chile y la guerra interna de segunda mitad del siglo XX, poniendo una particular atención adicional al gobierno de Alberto Fujimori, ¿el resultado de esta suma?: nosotros, este pueblo, este gobierno, este estado, esta derecha, esta izquierda, este centro, este norte, este sur, este centro, esta educación, esta agricultura, esta minería, etc, etc, en resumen: este pueblo nuestro que somos.
Mezclado con artículos, libros, máscaras, muñecos, inscripciones, el ¿espectador? siente inevitablemente la sensación de que es parte de "esto", y he aquí algo importante por resaltar, eramos (era) en realidad parte de esto como en realidad fuimos: en realidad vimos a cáceres luchar junto a los siempre invisibles de nuestra historia y piedra angular de la Breña -estaban al frente-, en realidad vimos a las mujeres suplicar por los suyos y por su tierra -estaban a la izquierda-, en realidad vimos a Abimael bailar Zorba el Griego -estaba a la derecha-, en realidad vimos a Montesinos comprando jueces -estaba un tanto mas atras-.
Para terminar de empalagarlos del término, lo resalto: pude ver la realidad, no lograda con la recreación, ni con la documentación plena, sino lograda con la emoción lúdica -por ejemplo, fujimori y montesinos "pasándose la pelota": colmante, gracioso, sucio, vergonzante, indigno e indignante... ¿no fue eso lo que sentíamos esos días?-.
Son muy pocas las objeciones a nivel plástico o dramatúrgico que podría hacer, alguna quizás a la consistencia o trascendencia de algunos de los personajes iniciales en el museo, si bien algunos son importantes para empezar a "contar" y otros no pudiera parecer que hay imágenes que podrían no estar, cuando estoy seguro que no es así; otra refiere a un par de casos en los que se perjudica la dramaturgia para favorecer a la plástica, específicamente la fotografía: con el Jesús dentro la urna y la bandera del Perú parchada que es "izada", pienso que en estos casos es posible lograr un equilibrio que aporte a la armonía que de por sí el montaje posee.
Confieso que estuve pensando un tema, los sucesos elegidos. No negaré que estos tres son casi los más emblemáticos de nuestra vida republicana, y definitivamente los mas trascendentes. Pero... ¿son los que mejor dibujan nuestra identidad? me parece que no se consideraron algunos otros: ¿que hay de Atusparia? ¿que hay del genocidio físico y cultural de indígenas de la selva en los años de explotación del caucho? ¿que hay de las masacres en la sierra centro y sur tantas veces denunciados por Scorza, Arguedas y muchos mas? ¿que hay de nuestros conflictos limítrofes? ¿que hay de las dictaduras militares?... y algunos mas. Eso me cuasi-frustró, pues pude pensar que hasta en estas tan buenas expresiones artísticas puede priorizar esta visión discriminatoria de la historia del Perú que ahora tenemos: tuerta e invisibilizante, visión capitalina del real orden las cosas. Al pasar los días me fui sosegando y creándome razones para que esto haya sucedido, pero prefiero no ponerlas por temor a caer en un posible doble error.
Pero es probable que esté exagerando, o maximizando curiosidades, pues este montaje de Yuyachkani es totalmente recomendable e inclusive imprescindible, pues como humanos necesitamos vernos, necesitamos ver que alguien "haga de" nosotros para saber lo que vivimos como grupo humano y a dónde podríamos ir como nación reconciliada, entendida y unificada.
Para concluir, se sabe que el teatro es siempre universal, y este montaje de yuyachkani lo es especialmente, pero asimismo es obligatorio para peruanos. Pues como las paredes, los cuerpos, las faldas mismas lo dicen, necesitamos no olvidar tantas cosas, no para andar por la vida enojados o frustrados como a veces escucho, sino para saber lo que fuimos, lo que somos, y lo que seremos o lo que podemos llegar a ser si es que no. Uno sale de esa casa pensando eso, y como persona, como artista que soy, creo que si el arte te lleva a eso, triunfa.
Puedo definir este montaje como un viaje, un viaje no grato pero recurrentemente obligado para todo aquel que vive dentro de una sociedad contagiada y contagiante de "olvidar" como la que a diario combatimos-habitamos.
Creo sería redundante contar detalladamente lo que vi, pues en este no-frecuentado blog parto de la premisa de que el lector no pretende que le cuente tal o cual suceso, sino recrearlo a través de mis disforzadas opiniones.
La primera reacción que tuve al salir de la casa Yuyachkani fue "es tanto, que necesitaré un par de días para terminar de pensarlo...", pero ahora, algunas semanas después, descubro que en realidad lo entendí ese mismo día antes de dormir (bastante horas después de terminada la función), porque gran parte de este montaje creo yo no apela a conocimientos o habilidades para dilucidar que el espectador pueda tener, sino a recuerdos, a emociones vividas antes, a temores mal enterrados, a imágenes que permanecen muy bien dibujadas en nuestras mentes.
La obra pretende dibujarnos a través de un desfile e interacción de diferentes personajes dos sucesos significativos de la historia del Perú: la guerra con Chile y la guerra interna de segunda mitad del siglo XX, poniendo una particular atención adicional al gobierno de Alberto Fujimori, ¿el resultado de esta suma?: nosotros, este pueblo, este gobierno, este estado, esta derecha, esta izquierda, este centro, este norte, este sur, este centro, esta educación, esta agricultura, esta minería, etc, etc, en resumen: este pueblo nuestro que somos.
Mezclado con artículos, libros, máscaras, muñecos, inscripciones, el ¿espectador? siente inevitablemente la sensación de que es parte de "esto", y he aquí algo importante por resaltar, eramos (era) en realidad parte de esto como en realidad fuimos: en realidad vimos a cáceres luchar junto a los siempre invisibles de nuestra historia y piedra angular de la Breña -estaban al frente-, en realidad vimos a las mujeres suplicar por los suyos y por su tierra -estaban a la izquierda-, en realidad vimos a Abimael bailar Zorba el Griego -estaba a la derecha-, en realidad vimos a Montesinos comprando jueces -estaba un tanto mas atras-.
Para terminar de empalagarlos del término, lo resalto: pude ver la realidad, no lograda con la recreación, ni con la documentación plena, sino lograda con la emoción lúdica -por ejemplo, fujimori y montesinos "pasándose la pelota": colmante, gracioso, sucio, vergonzante, indigno e indignante... ¿no fue eso lo que sentíamos esos días?-.
Son muy pocas las objeciones a nivel plástico o dramatúrgico que podría hacer, alguna quizás a la consistencia o trascendencia de algunos de los personajes iniciales en el museo, si bien algunos son importantes para empezar a "contar" y otros no pudiera parecer que hay imágenes que podrían no estar, cuando estoy seguro que no es así; otra refiere a un par de casos en los que se perjudica la dramaturgia para favorecer a la plástica, específicamente la fotografía: con el Jesús dentro la urna y la bandera del Perú parchada que es "izada", pienso que en estos casos es posible lograr un equilibrio que aporte a la armonía que de por sí el montaje posee.
Confieso que estuve pensando un tema, los sucesos elegidos. No negaré que estos tres son casi los más emblemáticos de nuestra vida republicana, y definitivamente los mas trascendentes. Pero... ¿son los que mejor dibujan nuestra identidad? me parece que no se consideraron algunos otros: ¿que hay de Atusparia? ¿que hay del genocidio físico y cultural de indígenas de la selva en los años de explotación del caucho? ¿que hay de las masacres en la sierra centro y sur tantas veces denunciados por Scorza, Arguedas y muchos mas? ¿que hay de nuestros conflictos limítrofes? ¿que hay de las dictaduras militares?... y algunos mas. Eso me cuasi-frustró, pues pude pensar que hasta en estas tan buenas expresiones artísticas puede priorizar esta visión discriminatoria de la historia del Perú que ahora tenemos: tuerta e invisibilizante, visión capitalina del real orden las cosas. Al pasar los días me fui sosegando y creándome razones para que esto haya sucedido, pero prefiero no ponerlas por temor a caer en un posible doble error.
Pero es probable que esté exagerando, o maximizando curiosidades, pues este montaje de Yuyachkani es totalmente recomendable e inclusive imprescindible, pues como humanos necesitamos vernos, necesitamos ver que alguien "haga de" nosotros para saber lo que vivimos como grupo humano y a dónde podríamos ir como nación reconciliada, entendida y unificada.
Para concluir, se sabe que el teatro es siempre universal, y este montaje de yuyachkani lo es especialmente, pero asimismo es obligatorio para peruanos. Pues como las paredes, los cuerpos, las faldas mismas lo dicen, necesitamos no olvidar tantas cosas, no para andar por la vida enojados o frustrados como a veces escucho, sino para saber lo que fuimos, lo que somos, y lo que seremos o lo que podemos llegar a ser si es que no. Uno sale de esa casa pensando eso, y como persona, como artista que soy, creo que si el arte te lleva a eso, triunfa.
martes, marzo 31, 2009
tosca
siempre habitaste tu universo
la verde fruta del edén imposible
era tu anzuelo, era tu verdad
hoy estas aca, ayer serás futuro
que vibra
se agita
y descansa en metros cuadrados
con aroma de tierra.
es la infinita esencia
de tu sonrisa gris
que colorea el espacio
y satura tu vaivén.
espérame alla
y no dejes que se me enfríe
el café.
la verde fruta del edén imposible
era tu anzuelo, era tu verdad
hoy estas aca, ayer serás futuro
que vibra
se agita
y descansa en metros cuadrados
con aroma de tierra.
es la infinita esencia
de tu sonrisa gris
que colorea el espacio
y satura tu vaivén.
espérame alla
y no dejes que se me enfríe
el café.
A rose is a rose
inmóvil devora luz
se abre obscenamente roja
es la detestable perfección
de lo efímero
infesta la poesía
con su arcaico perfume
Blanca Varela
se abre obscenamente roja
es la detestable perfección
de lo efímero
infesta la poesía
con su arcaico perfume
Blanca Varela
viernes, enero 09, 2009
lunes, setiembre 15, 2008
lunes, setiembre 01, 2008
(probable) ultimo tango en chiclayo
hay amaneceres que confunden, hay sueños que atemorizan,
hay pasos que vienen como lluvia, hay lluvia que viene como plomo.
hay alegrías que cansan, hay años que no maduran.
hay gigantes invisibles, hay mariposas de ensueños.
hay miles de cosas en este camino, grandes, pequeñas, blancas, verdes, negras
hay una sola cosa: el camino
no hay nada, todo se hace.
y los pasos son estrellas que tiltilan de gas metano color vida
que ondulan y ondulan por algún lugar desconocido y aburrido,
quedan y yacen, yacen y quedan, hasta reventar.
Mis pasos revientan, revientan de tiempo, revientan de espacio...
hay pasos que vienen como lluvia, hay lluvia que viene como plomo.
hay alegrías que cansan, hay años que no maduran.
hay gigantes invisibles, hay mariposas de ensueños.
hay miles de cosas en este camino, grandes, pequeñas, blancas, verdes, negras
hay una sola cosa: el camino
no hay nada, todo se hace.
y los pasos son estrellas que tiltilan de gas metano color vida
que ondulan y ondulan por algún lugar desconocido y aburrido,
quedan y yacen, yacen y quedan, hasta reventar.
Mis pasos revientan, revientan de tiempo, revientan de espacio...
martes, julio 08, 2008
himno...
Volver A Los 17
Violeta Parra
Volver a los diecisiete después de vivir un siglo
Es como descifrar signos sin ser sabio competente,
Volver a ser de repente tan frágil como un segundo
Volver a sentir profundo como un niño frente a dios
Eso es lo que siento yo en este instante fecundo.
Se va enredando, enredando
Como en el muro la hiedra
Y va brotando, brotando
Como el musguito en la piedra
Como el musguito en la piedra, ay si, si, si.
Mi paso retrocedido cuando el de usted es avance
El arca de las alianzas ha penetrado en mi nido
Con todo su colorido se ha paseado por mis venas
Y hasta la dura cadena con que nos ata el destino
Es como un diamante fino que alumbra mi alma serena.
Se va enredando, enredando
Como en el muro la hiedra
Y va brotando, brotando
Como el musguito en la piedra
Como el musguito en la piedra, ay si, si, si.
Lo que puede el sentimiento no lo ha podido el saber
Ni el más claro proceder, ni el más ancho pensamiento
Todo lo cambia al momento cual mago condescendiente
Nos aleja dulcemente de rencores y violencias
Solo el amor con su ciencia nos vuelve tan inocentes.
Se va enredando, enredando
Como en el muro la hiedra
Y va brotando, brotando
Como el musguito en la piedra
Como el musguito en la piedra, ay si, si, si.
El amor es torbellino de pureza original
Hasta el feroz animal susurra su dulce trino
Detiene a los peregrinos, libera a los prisioneros,
El amor con sus esmeros al viejo lo vuelve niño
Y al malo sólo el cariño lo vuelve puro y sincero.
Se va enredando, enredando
Como en el muro la hiedra
Y va brotando, brotando
Como el musguito en la piedra
Como el musguito en la piedra, ay si, si, si.
De par en par la ventana se abrió como por encanto
Entró el amor con su manto como una tibia mañana
Al son de su bella diana hizo brotar el jazmín
Volando cual serafín al cielo le puso aretes
Mis años en diecisiete los convirtió el querubín.
Violeta Parra
Volver a los diecisiete después de vivir un siglo
Es como descifrar signos sin ser sabio competente,
Volver a ser de repente tan frágil como un segundo
Volver a sentir profundo como un niño frente a dios
Eso es lo que siento yo en este instante fecundo.
Se va enredando, enredando
Como en el muro la hiedra
Y va brotando, brotando
Como el musguito en la piedra
Como el musguito en la piedra, ay si, si, si.
Mi paso retrocedido cuando el de usted es avance
El arca de las alianzas ha penetrado en mi nido
Con todo su colorido se ha paseado por mis venas
Y hasta la dura cadena con que nos ata el destino
Es como un diamante fino que alumbra mi alma serena.
Se va enredando, enredando
Como en el muro la hiedra
Y va brotando, brotando
Como el musguito en la piedra
Como el musguito en la piedra, ay si, si, si.
Lo que puede el sentimiento no lo ha podido el saber
Ni el más claro proceder, ni el más ancho pensamiento
Todo lo cambia al momento cual mago condescendiente
Nos aleja dulcemente de rencores y violencias
Solo el amor con su ciencia nos vuelve tan inocentes.
Se va enredando, enredando
Como en el muro la hiedra
Y va brotando, brotando
Como el musguito en la piedra
Como el musguito en la piedra, ay si, si, si.
El amor es torbellino de pureza original
Hasta el feroz animal susurra su dulce trino
Detiene a los peregrinos, libera a los prisioneros,
El amor con sus esmeros al viejo lo vuelve niño
Y al malo sólo el cariño lo vuelve puro y sincero.
Se va enredando, enredando
Como en el muro la hiedra
Y va brotando, brotando
Como el musguito en la piedra
Como el musguito en la piedra, ay si, si, si.
De par en par la ventana se abrió como por encanto
Entró el amor con su manto como una tibia mañana
Al son de su bella diana hizo brotar el jazmín
Volando cual serafín al cielo le puso aretes
Mis años en diecisiete los convirtió el querubín.
