rosa
rezaré cada día porque no te vayas y por verte regresar
contaré los siglos que viven los árboles
y criaré gatos blancos que aullen mi muerte.
Dormiré gris
en la cama del unicornio
solo, con tu rosa naciente
que me cuenta tus sueños.
Extrañaré las veredas del trópico
en que me obligué a besarte
y las llenaré de lágrimas alegres
para que me creas, y me crees.
A pesar de tus dientes
a pesar de tu boca
a pesar de mi aurora.


