:::::días:::::
Los absurdos que gobiernan mi vida me hicieron sentirme bien conmigo mismo hoy día y ser consciente de mis capacidades, y ver la vida con una sonrisa que, aunque fingida, me hizo ver de manera distintas las flores muertas y el frio de estos días mentirosos. Salí a la calle forjando sonrisas que se disolvían cada cinco minutos y en cada esquina me preparaba para resucitar un poco más, al menos lo suficiente que me permita cruzar la calle y decirle al vendedor que esperaba sentado que no quiero chicles gracias. Me di cuenta por primera vez que en realidad vivir sin sentido no es muy facil para mí, pues es necesario perderlo. No es facil vivir en un mundo facilista, donde uno se siente tan poco persona y tan oveja, tan poco individuo y tan uno mas de algun ganado del que algún gran Nadie es dueño . Y vivimos esperando el glorioso momento en que nuestro gran Nadie nos destine a ser degollados y desangrados por el cuello, luego recordaremos algún libro de autoayuda cualquiera y nos quedará la resignación de que fuimos tan inútiles en este mundo que nuestro nombre perdurara en la historia como un héroe pequeño que se rebeló contra la inteligencia propia de los hombres. Y el pequeño verdugo nos recordará que no llores maricón, pues perteneces a los nuestros, perteneces a la raza humana, a los seres supremos de toda la creación, y no moriras como una res más, pues eres especial, único e irrepetible, con tus virtudes y tus defectos; entonces a la res le caerán lágrimas de los ojos ya casi salidos y aceptará su destino como alguna heroína de hollywood pues sabe que en realidad es... por algo bueno.
Luego, el verdugo se preparará a decirle los mismo a las seis mil millones de reses que esperan impacientes pero fáciles, su aciago destino.
Luego, el verdugo se preparará a decirle los mismo a las seis mil millones de reses que esperan impacientes pero fáciles, su aciago destino.


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